George Harrison: El ex Beatle que enfrentó a su intruso con valentía (y una lámpara)
Era diciembre de 1999, cuando todos nos preparábamos para celebrar el cambio de milenio, y George Harrison, exmiembro de The Beatles, enfrentaba un «fin de década» mucho más literal. Michael Abram, un fanático desequilibrado y probablemente amante de escalar, decidió hacer una visita no tan cordial al hogar de George en Friar Park, Oxfordshire. ¿Su entrada triunfal? Lanzar una estatua contra una ventana a las 3:30 de la madrugada, una estrategia que, sorprendentemente, no aprendió en películas de espionaje.
El estruendo despertó al músico y a su esposa, Olivia. Al ver a Abram con un cuchillo en mano y gritos que no formaban parte de ninguna melodía, Harrison, de 56 años, intentó ser el héroe de la noche. El intento lo dejó con varias puñaladas en el pecho, pero no fue en vano. Olivia, al mejor estilo de «dama que salva al caballero», tomó una lámpara y golpeó al intruso hasta desarmarlo. Abram, no contento con el recibimiento, decidió ir tras ella, intentando estrangularla con el cable de la misma lámpara. Sin embargo, Olivia logró zafarse, demostrando que la improvisación puede superar cualquier guion de acción.
La policía llegó 15 minutos después y arrestó a Abram, quien probablemente pasó ese tiempo reflexionando sobre su pésima planificación. Mientras tanto, los paramédicos atendieron a Harrison por un pulmón perforado y heridas que estuvieron a milímetros de ser fatales. Olivia salió ilesa, pero con una anécdota que contar en cada reunión familiar.
En retrospectiva, este episodio marcó el final de una década y el inicio de una discusión sobre la seguridad de las celebridades. Porque, si los Beatles no están seguros en sus mansiones, ¿qué nos queda a los demás?