¡Le compras a Shein y te mandan un escorpión de regalo! ¡Lo que faltaba!
¡Ay, estos jóvenes de hoy! Uno ya no puede ni pedir un par de botas en paz sin que te llegue una sorpresa… ¡y no de las buenas! Resulta que Sofía Alonso-Mossinger, una estudiante de Ingeniería Eléctrica y Electrónica (no sé ni qué inventan esas carreras, pero en fin), pidió unas botas por internet en esta tienda de moda china, Shein, y ¿qué le llegó? ¡Un escorpión! ¡Un escorpión chino venenoso! ¿Se lo imaginan?
La pobre muchacha abre su paquetito tan tranquila, pensando en lo bien que le iban a quedar sus botas nuevas, y ¡zaz! Ahí estaba el bicho. Al principio pensó que era un juguete (¡pues claro, uno pensaría lo mismo! ¿Quién espera un escorpión de verdad?), pero cuando el animalito se movió, ¡gritos por toda la casa!
Y ahí viene su amiga Phoebe, corriendo a ver qué pasa, y se encuentra con el escorpión en una bolsa, sobre las botas. ¡Qué espectáculo! Entre todas no sabían si salir corriendo o llamar a Animal Planet. ¡Y lo mejor es que Oliver, otro compañero de piso, aparece buscando unas pinzas como si estuvieran cazando una mosca! ¡Por favor, en mis tiempos habríamos sacado una zapatilla y adiós problema!
Pero no, estos chicos decidieron que al escorpión había que rescatarlo, porque claro, hoy en día hay que ser civilizado hasta con los bichos venenosos. Llamaron primero a la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, que les contestaron algo así como: «Nosotros salvamos perritos, no escorpiones». ¡Como para no soltar una carcajada! Al final, tuvieron que llamar a un centro de bienestar de reptiles. ¡Sí, así es, todo un rescate oficial para el escorpión! ¡Lo que faltaba!
Y lo mejor de todo es el comunicado de Shein: «Investigamos y cumplimos todos los procesos». ¡Claro, porque mandar escorpiones en lugar de botas ahora es parte del servicio al cliente! ¡Hasta me dieron ganas de pedir unas sandalias, a ver si me mandan una tarántula de souvenir!
Ah, ¡cómo han cambiado las cosas! Antes comprabas algo y lo peor que te pasaba era que te llegaba en el color equivocado… ¡ahora te llega con compañía peligrosa!